Mauro Icardi retornó a las prácticas de fútbol con el Paris Saint-Germain (PSG). Sin embargo, en Francia dudan si está preparado para afrontar partidos en medio del escándalo de su supuesta infidelidad hacia Wanda Nara.
El jugador volvió a los entrenamientos y los periódicos parisinos cuestionaron su participación en los próximos cotejos, por el comportamiento irresponsable y la situación bochornosa que tuvo con su esposa.
La prensa y el equipo deportivo del PSG instalaron la idea de problemas de "salud mental" en Mauro Icardi. Pero, simplemente, es un hijo obediente del patriarcado al que le descubrieron la trampa y ahora pega manotazos de ahogado. Decir que atraviesa problemas de salud mental no tiene ningún sustento y es solo una victimización fuera de lugar.
La crisis conyugal con Nara, que a su vez es su representante, lo mantuvo apartado de las prácticas con permisos especiales y derivó en que no estuviera concentrado para enfrentar al RB Leipzig con la tercera fecha de la Champions League.
El delantero de 28 años priorizó su matrimonio y dejó a un costado su trabajo como futbolista profesional en los últimos días. En el arranque de la semana viajó a Milán para seguirle los pasos a Wanda.
El jueves, el futbolista regresó a París junto a su esposa. Icardi se presentó de nuevo en el Camps des Loges para reincorporarse a los entrenamientos, luego de haber arreglado su conflicto matrimonial, aparentemente.
El diario Le Parisien tituló una noticia al respecto que reza: "¿Mauro Icardi realmente tiene la cabeza en el fútbol?”. La nota se pregunta si el deportista realmente ha superado sus "preocupaciones privadas".